No, no soy ma’-pa’, ni madre/padre, ni nada que se le parezca. No pretendo serlo. No necesito esforzarme para llenar un lugar que no es el mío. Soy simplemente una mamá como cualquiera, a la que le ha tocado desempeñar un rol monoparental.
Entiendo bien el sentido que tiene la frase, e incluso agradezco cortésmente las felicitaciones, pero hay algo en todo ese tema que, particularmente [a mi], no me cuadra! Pareciera como que estoy supliendo el rol de quien entendió ‘no era ése el momento’, y hoy no está en nuestras vidas porque a fuerza nada sale bien.
No me interesa llenar su lugar. Me divierto y me entretengo bastante siendo la mamá que prepara su desayuno favorito, cuenta cuentos, cura rodillas raspadas, planea mil aventuras y las hace realidad solo para él.
A veces desearía, como hoy, que el día tenga más horas y poder dedicar algo de tiempo para mi. Definitivamente, ser también papá no está en mi lista.
Si en algo me convierte esta realidad, es en única referente para mi hijo. Y a él, en un niño como tantos por ahí que carece de un modelo ‘habitual’ y que por instinto, estoy segura, siempre le va a hacer falta, aunque no precisamente porque su crianza sea diferente pues sé mucho más de fútbol, béisbol, acampadas, carros, motores, grasa y herramientas, que muchos papás que conozco.
Sin embargo, no. No soy padre y madre. Soy solo una madre muy completa, con recursos, con ingenio y con mucho amor que dar.
Que me siento una #superheroína? Sí, y me lo creo! Aún cuando mis #superpoderes sean los mismos que los de cualquier mamá que entrega lo mejor de sí en la crianza de sus hijos.
A veces la gente me dice: “Es duro, ser padre y madre” y, aunque no responda, siempre pienso: “Lo duro no es ser padre y madre. Lo difícil aquí es que soy solo una, y por ende solo puedo ser yo”.
Les aseguro: No tengo tiempo de ser papá! Porque ser mamá ocupa mi vida entera!!!